Setiembre es solo un mes. Se asocia comúnmente a la llegada de la primavera, al día del estudiante, a la Marcha de la Diversidad. Es también una oportunidad para volver sobre temas relevantes como el fortalecimiento de la incorporación de la perspectiva de diversidad sexual, igualdad y no discriminación en las prácticas institucionales. Es también una instancia para pensar, en conjunto, sobre nuestros vínculos, nuestra forma de comunicarnos, de generar instancias de aprendizaje y de incorporar nuevas preguntas que promuevan el diálogo a otras perspectivas. 

Enseñanza y aprendizaje en la diversidad: más allá de setiembre

En la FIC nos integramos al mes de setiembre como el de la Diversidad y acompañamos la iniciativa de visibilizar, una vez más y no exclusivamente por eso, el tratamiento de la temática en las distintas prácticas institucionales que competen a la Universidad de la República. En este sentido, se incorporó la bandera de la Diversidad en el portal de ingreso a la facultad izándola junto al pabellón nacional (Resolución N° 60, del Consejo, 10/09/2020), además de generar un espacio para la reflexión y los abordajes de estas temáticas, a través de las vías institucionales, promoviendo una perspectiva de derechos no excluyente. 

En este sentido, la docente Sabrina Martínez, integrante del Comité de Calidad con Equidad de Género y docente del Departamento de Especializaciones Profesionales, comparte su experiencia en el aula y aporta un análisis sobre cómo incorporar estas temáticas en los procesos de enseñanza, al tiempo que destaca los principales desafíos en este sentido. 

Además, Ana Marta Martínez Rodas, comparte su experiencia en el campo de la docencia, la investigación en esta temática y la extensión universitaria. Por un lado, su tesis de doctorado en Sociología, “Feminización y masculinización invertida en gais y lesbianas. Un estudio acerca de la reproducción de la estigmatización y una hipótesis acerca del fenómeno de la inversión” de la Facultad de Ciencias Políticas, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y su trabajo en la actualidad con estudiantes de la unidad curricular Cualitativa II, en un espacio de formación integral (EFI) “De la homosexualidad a la Diversidad, historias infames”.

“La mejor inclusión de la diversidad sexual es la que no se ve”

Sobre las prácticas cotidianas para integrar en el aula, Sabrina Martínez, sostiene: “Teniendo en cuenta el enorme desafío de incluir la perspectiva de género y diversidad podríamos abrir una ventana a un abordaje conceptual. Las teorías de género contemplan abordajes de diversidad sexual. La mejor inclusión de la diversidad sexual es la que no se ve. La que no es evidente, la que no aparece solo en setiembre, la que no es solamente una expresión discursiva o performativa, sino la que cuestiona la estructura, como el sistema patriarcal en el cual vivimos, que sigue siendo un espacio altamente excluyente y violento para todas aquellas personas que nos corremos de la norma. Lo que sucede es que uno de los problemas que aparecen cuando pensamos la diversidad sexual es que el propio discurso termina de reforzar lo que queremos cambiar: ahora vamos a hablar de diversidad, pero no en el resto de los meses. La perspectiva debería estar en todos los momentos de la vida y no solo en hechos puntuales. No es contemplar la presencia de personas que no son heterosexuales, sino que implicaría apropiarnos que este mundo está habitado por personas que tienen distintas opciones para manifestarse en relación a cómo construyen su identidad y cómo manifiestan su deseo erótico y afectivo. Lo que termina pasando, es que cuando hablamos de Diversidad es un apéndice de un libro y queda en que lo diverso es algo en los márgenes o en la frontera, en el orden de la subalternidad y no aparece como perspectiva transversalizada. La diversidad sexual es un marco de representación que explicita la enorme complejidad que nos aúna como seres humanos. Muchas veces se fetichiza”. 

"La diversidad sexual es un marco de representación que explicita la enorme complejidad que nos aúna como seres humanos".

Consultada sobre la incorporación del tratamiento de la diversidad en las prácticas cotidianas, Sabrina Martínez sostiene que comprende pensar nuestro lenguaje y nuestros vínculos. “Se nos cuela desde el silencio, no aparecen en la agenda estas temáticas, y en la práctica curricular podríamos mirar con cuántas organizaciones que aborden estas temáticas se vincula la facultad, cuál es la bibliografía que utilizamos. No llama la atención que la mayoría de los autores que utilizamos en las carreras sean varones y heterosexuales”. 

Respecto de las prácticas en el aula, Sabrina Martínez comparte algunos ejemplos de casos concretos donde estas temáticas fueron abordadas: “Hace unos años, en una clase, estábamos hablando de que nuestra carrera (Comunicación) tiene una enorme cantidad de mujeres y alguien dijo: ‘Es una ganancia para los varones’. Y eso, de alguna manera, muestra varios problemas: la idea de que las mujeres se vinculan sólo con varones; que a todos los varones les gustan las mujeres. Este planteo surgió desde un chiste y en esas cosas culturales se nos van colando. Cuando decimos varones y mujeres estamos dejando por fuera a otras personas que no se reconocen por definiciones binarias sin reconocimiento también en la esfera pública, incluso como ciudadanas y ciudadanos” Incorporar estas perspectivas cotidianas ya no debería ser un desafío en 2020, considera la docente. 

“Es primordial aprender a escuchar y no juzgar, y hacer buenas preguntas, que sean facilitadoras de procesos de intercambio enriquecedoras para todas las personas. Podemos ir a preguntar a un estudiante cómo quiere ser nombrado. En mi experiencia como docente, cuando se habilitan estos espacios para hablar de estas temáticas aparecen unas ganas enormes de compartir historias personales. El año pasado estábamos trabajando con estudiantes de primer año sobre experiencias educativas en el liceo, un varón tomó el micrófono y contó que había vivido muchas experiencias de bullying homofóbico en el liceo y había sido una experiencia muy terrible. Lo valioso es que pudiera compartirlo y el resto de los compañeros pudieran oír y poner nombre. La visibilidad es importante, es una acción política para reivindicar que existimos y estamos en este mundo”, consideró. 

De acuerdo a las prácticas docentes, Sabrina Martínez concluyó: “Contemplar el hecho de que convivimos en el aula personas asexuales, bisexuales, lesbianas, heterosexuales, personas transgénero, género no binario, es pensar en que todas las formas en las cuales nos percibimos son correctas, no es la aceptación de lo otro. La diversidad nos enriquece a todas las personas. También pensar en los productos comunicacionales con los cuales trabajamos. Que no refuercen estereotipos de género, que sean reivindicativos de igualdad y derechos, porque hay una cantidad enorme de expresiones que contemplan la diversidad. Necesidad de pensar desde los constructos teóricos que se forjan en América y el movimiento social. Poder pensar en por qué a nuestra Universidad llegan tan pocas personas trans y qué hacemos para acompañar las trayectorias educativas de esas personas para que no se sientan expulsadas”. 

En este sentido y en cuanto a los desafíos que se plantean en el ámbito académico, es el acceso a la Universidad para las personas LGBTIQ. La Universidad de la República se vuelve un actor fundamental en el compromiso con el reconocimiento y la producción de conocimiento en la temática de la diversidad. 

La voz y la experiencia 

El espacio de formación integral (EFI) “De la homosexualidad a la Diversidad, historias infames”, entre sus objetivos cuenta hacer posible la horizontalidad en la práctica de estudiantes de cara a los procesos de investigación y abordar la temática de la diversidad a través de historias personales dando cuenta del paso del tiempo. 

Sobre el EFI, Ana Marta Martínez, comenta: “El primer objetivo es ver la formación integral y realizarla en la práctica, buscar una horizontalidad en la forma. No se aprende a investigar si no es investigando. Intentamos que hubiera un ida y vuelta en la participación, en cómo encarar el programa de investigación. Tenemos esta tarea de entender qué ha pasado en las ideas sobre la homosexualidad, cómo se las veía antes y cómo se las ve ahora. Fue parte de la tarea de Cualitativa II, realizar un trabajo con las biografías de personas, poder entender cómo se construye un objeto para estudiar y hacer ciencia social. El desafío es ver cómo la comunicación de hoy en esta sociedad digital está actualizando las grandes ideas.  Los estudiantes tuvieron su protagonismo en el proceso, estuvieron imaginando cómo hacer para encontrarse con estos informantes y, a partir de ellos, armar un grupo de discusión para plantear disparadores”. 

"Tenemos esta tarea de entender qué ha pasado en las ideas sobre la homosexualidad, cómo se las veía antes y cómo se las ve ahora".

Consultada Ana Marta Martínez sobre los principales hallazgos de su investigación recogidos en la tesis doctoral, comentó que ese interés está explicitado en las prácticas del aula, en el curso de Cualitativa II: “Estamos buscando todavía un título que aterrice: ‘De la homosexualidad a la Diversidad, historias infames’, en el sentido de que son infames porque los protagonistas no quisieron ser famosos y lo fueron. Además, la homosexualidad tiene una historia de estigma, de considerarla de manera médica, una perversión, un defecto de carácter, y también generalmente, se consideró como la opción sexual. Alguien es homosexual porque se acuesta con una persona o tal otra. Desde mi tesis estaba queriendo pensarlo de otra manera, y 10 años después encuentro que hay espacio para seguir pensando. Más allá de que con quién uno se acuesta o no, la homosexualidad puede estar expresando un ‘no querer ser sexuado’; un no querer ser cortado, un querer expresar lo femenino y lo masculino a la vez. Esto ha surgido mucho en los relatos. Nos han contado cómo han vivido. La homosexualidad de los 90 es lo que ha surgido en estos sujetos; el tema del cambio de cómo se ve hoy. Se trata de gays y lesbianas, mayores de 40 años, que tenían 20 años o más en esa época. Entonces, están contando su vida. Lo que yo apuntaba en mi tesis, se reafirma. Aquel oficio tan fuerte de cómo ser mujer y de cómo ser varón que estaba muy pautado hace 20 años se estaba resquebrajando y los homosexuales eran los que muchas veces ponían en escena la precariedad de estos roles. Ese hombre o esa mujer, estaban heridos de muerte, pero no habían caído. Hoy se ve el cadáver y estamos en la reconstrucción. Y la homosexualidad expresa todo esto. Cómo se detecta a un homosexual, era justamente quien no cumplía del todo con el oficio, porque mostraba ciertos rasgos dudosos. No era tanto con quién se acostaba. Lo que molestaba de una lesbiana era que pareciera masculina. Lo mismo con los varones. Esto es lo que tiene más vigencia”. 

Sobre la continuidad del trabajo con los estudiantes en la FIC, Ana Marta Martínez sostuvo: “Esto es lo que quiero continuar: propiciar el encuentro con estudiantes que investigan y los entrevistados”. 

En este contexto, el viernes 25 de setiembre, 19 organizaciones sociales convocan a la "Marcha de la Diversidad", desde las 19 horas, partiendo de la Plaza Libertad hasta la Plaza 1° de Mayo. 

 

Notas relacionadas: 

"El sacrificio vale la alegría": entrevista a la primera persona trans en egresar de la FIC

Marcha de la Diversidad con la activista Paula Moreno y las representaciones LGBTIQ+ en el cine con Vicky Novak - Uni Radio