Conversamos con dos de las realizadoras, las egresadas Camila Colman y Florencia Kurunian.

Fotografía. Camila Colman, directora de Cordón Norte, sostiene el premio a Mejor Cortometraje Nacional del Tenemos Que Ver 2025.

Que la película pudiera verse en pantalla grande ya era mucho. Nunca imaginaron los reconocimientos que llegaron después. Cordón Norte, trabajo final de grado, de Camila Colman, Florencia Kurunian, Julieta Álvarez y Paulina Álvarez, cuenta la historia de un centro social autogestionado por un grupo anarquista en Montevideo. Lo hace a partir de la figura de Maximiliano, profesor de boxeo en el centro cuya sede, una casa tomada ubicada frente a la Plaza Líber Seregni, está a punto de ser desalojada.

A principios de junio, la película recibió el premio del público a Mejor Documental en el 8° Festival Universitário de Cinema e Audiovisual, Assimetrias, y la semana pasada ganó la competencia de cortos nacionales en el Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos Tenemos Que Ver.

Unidad de Comunicación (UC) - Empecemos por el Festival de Cine y DDHH. ¿Cómo fue recibir este premio? ¿Lo esperaban?

Camila Colman (CC) - No. Sí tenía la esperanza en el sentido de que hicimos un gran esfuerzo y confiaba en el proyecto, pero había otros trabajos muy buenos, que a nivel visual y técnico me habían encantado. Incluso con Flor (Florencia Kurunian) comentábamos sobre los cortos que pensábamos que serían los ganadores… Nos postulamos simplemente con la ilusión de poder exhibir en una pantalla grande de cine, que en este caso fue Cinemateca. Ni siquiera reparamos en que había premio.

UC- ¿Cómo fue la exhibición?

Florencia Kurunian (FK) - Tremenda. Estábamos muy nerviosas por ver nuestro trabajo ahí. Que los estudiantes tengamos la posibilidad de que el cine que hacemos se vea y sea valorado es un montón. 

UC- Imagino que Cordón Norte fue su primer trabajo o uno de los primeros…

CC- De esta envergadura sí. En el marco de (la unidad curricular) Documental II hice un cortometraje un poco más corto, de 14 minutos, que en realidad fue en paralelo con el proyecto de grado. También tiene que ver con el boxeo. Por eso llegamos a Cordón Norte, porque estábamos en una investigación de boxeo. 

Del boxeo al anarquismo

Por el camino de esta investigación, después de haber recorrido un buen tramo, es que las realizadoras se encuentran con el centro social. “Fue por una docente que me comentó que tenía una amiga que hacía boxeo ahí más a nivel lúdico”, contó Colman. “No competían pero además lo tomaban como una militancia. Qué es esto del boxeo militante, dije. Hicimos contacto con Maximiliano, que es el entrenador. Recuerdo que fuimos al centro por primera vez un feriado que llovía, no había nadie, y ahí nos contó sobre lo que hacían y sobre el desalojo. Enseguida vimos que había un conflicto muy enmarcado. Además empezamos a ver que iban personas de todo tipo. Desde un politólogo a alguien que vivía en situación de calle. Todos tenían un sentimiento de pertenencia y había un compañerismo, una cooperación que dijimos ´qué lindo esto que está pasando acá´”.

Llegar a que la cámara no se note, incluso lograr que Maximiliano aceptara ser el protagonista de la historia llevó un arduo trabajo. “Cuando dijimos formalmente que queríamos hacer la película ya había un vínculo construido”, apuntó Florencia. De lo contrario iba a ser difícil que no se armara un personaje para la cámara, que era lo contrario a lo que buscaban, explicó.  

UC- ¿Cuál creen ustedes que es el tema principal de la película?

FK- Creo que la resiliencia. Porque ellos están todo el tiempo. Hubo muchas asambleas que no pudimos acompañar, pero en la que aparece en el corto hablan de un posible lugar para seguir con el proyecto. Entonces hay un tema de insistir y no querer que eso que formaron deje de existir. 

También el anarquismo es un tema sobre el que a lo mejor tampoco se conoce mucho. Éramos cuatro mujeres metidas en un ambiente en el que pensábamos que no íbamos a poder adentrarnos y contar la historia de verdad, sin juicio. Quisimos retratar una realidad que en Uruguay existe y que no es muy visible, desde un costado humano, cotidiano. 

CC- Íbamos inclusive a entrenar, sin cámara. Fue todo un proceso de investigación y de acercarnos para estar más con ellos y que no nos sintieran ajenas. Entonces llegó un punto que cuando estaba la cámara  se olvidaban y seguían su rutina como lo hacían todos los días. 

UC- Volviendo al tema de los premios, ¿qué implicó para ustedes recibir también el premio del público de Assimetrias?

CC- Haber quedado seleccionadas para nosotras fue una locura. Siempre nos imaginábamos sacar el corto de la FIC. Pero moverlo acá, no moverlo en otro país. Así que no lo veíamos con muchas posibilidades. Fue un laburo, primero porque hubo que acortar el material y después subtitularlo al portugues. Casi no nos presentamos. Pero el docente Juan Pellicer nos insistió. Ese incentivo, una vez más el apoyo de los docentes confiando en nosotras, fue fundamental. Cuando anunciaron quiénes habían ganado, Flor mandó al grupo (de WhatsApp) de tesis la historia de Instagram, yo la miraba y la volvía a mirar y no podía creer. Un orgullo tremendo, para mí no hay mejor premio que el público lo reciba con cariño y con amor. 

UC- ¿Por qué les parece que el público lo recibió así?

FK- Creo que mostramos otra imagen de lo que se conoce sobre el anarquismo, en el sentido de mostrar la parte más humana. Y también que el centro social estaba escondido, Había mucha gente que no tenía ni idea de qué era lo que sucedía ahí dentro. Nosotras nos centramos en las clases de boxeo, pero había mucho más. Como hicimos un corto no podíamos mostrar todo lo que pasaba en ese lugar pero nos propusimos retratar la parte más humana y creo que lo logramos. Tal vez eso es lo que a la gente le llamó la atención y también sentirse cerca de esa realidad, que era lo que buscábamos. 

Un camino que sigue

Cordón Norte llevó a Camila a contactar nuevamente con un deporte que comenzó a practicar de niña y que la apasiona. “Por mi papá. De chiquita me decía: ´Cami, así es la guardia, así son los golpes´. También me sentaba a mirar peleas y me contaba sobre la vida de cada boxeador”. 

Con este proyecto, retomó las prácticas que había dejado a los 13 años y se convirtió también en jueza, la única mujer que integra actualmente el equipo de la Comisión de Boxeo Amateur y Profesional de Uruguay. 

Además, junto a Florencia y otras personas que colaboraron con la película, ya como egresadas, trabajan en otros proyectos vinculados con el boxeo con la intención de presentar una miniserie. 

Siguen en contacto con algunas personas del centro social y aunque aún no han podido coordinar, les gustaría mostrarles la película personalmente, para poder intercambiar y compartir sobre lo que significó hacerla.  

Recientemente postularon el corto al Festival de Cine Nuevo 2025 que se realizará en octubre, y mientras esperan el resultado de esa convocatoria, siguen buscando oportunidades para circular el material. 

El cortometraje documental Cordón Norte es parte del trabajo final de grado de las egresadas Camila Colman, Florencia Kurunian, Julieta Álvarez y Paulina Álvarez. Fue tutoreado por los docentes de la Sección Académica Medios y Lenguajes Audiovisuales Federico Beltramelli y Daniel Fernández.

 

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