Radicada desde el año 2021 en la Facultad de Información y Comunicación (FIC), la Cátedra UNESCO de Carnaval y Patrimonio trabaja en la creación de un archivo histórico del carnaval uruguayo. Entrevistamos a Milita Alfaro, coordinadora de la Cátedra, para conocer sus líneas actuales de trabajo y los proyectos que tiene por delante.

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¿Cómo surge la Cátedra UNESCO de Carnaval y Patrimonio?

La Cátedra se crea en diciembre de 2013 por un convenio que firma la Universidad de la República, la Intendencia de Montevideo y UNESCO, con el propósito de fomentar actividades tendientes a la formación, reflexión, investigación y salvaguarda del patrimonio de carnaval uruguayo. La posibilidad de crear este proyecto responde a la necesidad de llenar un vacío notorio y significativo en la Universidad. En sus inicios, la cátedra estuvo radicada en la Facultad de Ciencias Sociales. La preocupación era fundamentalmente incorporar al análisis académico el estudio de determinadas prácticas, discursos, representaciones que tienen que ver con sectores populares que han estado bastante ausentes. El carnaval es un escenario privilegiado para encontrarnos con esos sectores, que a veces no son tenidos en cuenta al momento de pensar la reconstrucción del pasado.

En una primera instancia en este periodo en Sociales centramos la actividad de la Cátedra en la implementación de un Diploma en Carnaval y Patrimonio, que se desarrolló durante 2014 y 2015. Pusimos el acento en tareas de formación, procurando generar insumos y debates críticos en torno al carnaval y sus múltiples proyecciones sociales, políticas, históricas y económicas, artísticas, antropológicas. El carnaval es un fenómeno que abarca una cantidad infinita de dimensiones y aspectos. 

¿Cómo surge la iniciativa de las secciones de carnaval y de Murga Joven en Anáforas

En una oportunidad, fuimos invitados por la Asociación de Historiadores del Uruguay a participar de una jornada para pensar el estado de los archivos en Uruguay. Desde la Cátedra llevamos la preocupación de que no existieron políticas de conservación de la documentación vinculada al carnaval, emanada a lo largo de dos siglos de historia. Esa documentación está dispersa y en la inmensa mayoría de los casos se ha perdido. O sea que está en riesgo de extinción y a veces en manos de particulares. En esa jornada, la profesora Lisa Block de Behar nos ofreció tener dentro de Anáforas un lugar para el carnaval, en donde generar un archivo digital vinculado con esta fiesta. Ese fue el punto de partida de una nueva actividad que empezamos a desarrollar a partir de ese momento y que significó interiorizarnos en un desafío desde el punto de vista técnico. De a poquito logramos avanzar en digitalizar y poner a disposición este material. Desde entonces el objetivo central de la Cátedra estuvo vinculado a la construcción progresiva de una archivo histórico tendiente a conservar, sistematizar y difundir en formato digital y un muy voluminoso acervo referido al presente pasado del carnaval montevideano.

En este marco surgió también la posibilidad de tener en Anáforas otra página para el archivo de Murga Joven. Para evitar que se repita el problema que tenemos con el carnaval oficial. Murga Joven es un fenómeno mucho más reciente, en donde muchas veces la documentación está mucho más a mano. Empezar desde ya esa recopilación, esas políticas de conservación, de ordenamiento y alineación de todo ese material, fue nuestro nuevo objetivo. 

¿Cuál fue la motivación para que la Cátedra se radique en la FIC?

El hecho de ingresar a Anáforas nos abrió perspectivas nuevas. Anáforas fue una ventana para dar a conocer nuestro trabajo e interesar a un montón de gente y para postularnos en 2021 a Iberarchivos con un proyecto de patrimonio documental denominado “Digitalización y difusión del patrimonio documental del Centro de Documentación e Investigación del Museo del Carnaval de Montevideo, Uruguay (fase I)”, que está finalizando en estos días.

La postulación a Iberarchivos requería de un asesoramiento técnico que solamente nos lo podían dar archivólogos formados y ahí nos vinculamos con la FIC. Nos dimos cuenta que todas nuestras actividades tienen una vinculación más directa con la FIC y entonces iniciamos el proceso de migración desde Ciencias Sociales a esta Facultad que se concretó en 2021.

¿Cuáles son las principales líneas de trabajo?

Nosotros tenemos tres ejes centrales para el desarrollo del archivo. Por un lado, lo que tiene que ver con la documentación oficial. En el Museo del Carnaval estaban las actas de la Comisión de Fiestas desde principios del siglo XX, hasta la dictadura. Son décadas y décadas de gestión estatal de documentación de la fiesta. Esa es una documentación valiosísima: reglamentos, disposiciones, ordenanzas. 

Otro eje tiene que ver con imágenes, porque hay un relato paralelo de carnaval que es la colección impresionante de fotografías: de tablados, agrupaciones, iluminaciones en la avenida 18 de Julio, disfraces, bailes de máscaras. El tercer eje, es el relacionado con el rescate de repertorios, que vienen del siglo XIX a través de los cuales se llega al discurso, al relato y al imaginario de sectores, de los cuales es muy difícil acceder a través de la documentación tradicional. Son sectores que habitualmente no han dejado su huella en los documentos con los que habitualmente trabajan los historiadores. Los repertorios de carnaval tienen una larga tradición como teatro popular, en donde ya en el siglo XIX había agrupaciones que para cada carnaval preparaban un texto que lo representaban arriba de un escenario.

¿Qué acciones se esperan para 2022?

En este momento nos integramos al proyecto de investigación de Medios, Patrimonio e Historia, que tiene que ver con imágenes, lengua y sonido, en donde la Cátedra tiene mucho para aportar. Allí encontramos un espacio de diálogo e intercambio muy rico. 

Otro proyecto tiene que ver con el carnaval del interior. Actualmente la Cátedra participa del proyecto de recuperación de la historia y la memoria de los carnavales canarios por un convenio que tiene el Museo del Carnaval con la Intendencia de Canelones. Tenemos el propósito de replicar ese proyecto con otras intendencias del interior del país. Está también el proyecto de Tablados de Barrio que trabajamos junto al Museo del Carnaval, en relación a los escenarios populares y que tiene toda esta experiencia de plástica popular, que tiene que ver con el adorno y la ornamentación de los escenarios populares. Hay una preocupación por la conservación y el rescate de un patrimonio visual y estético que tiene que ver con los saberes artesanales, que de alguna manera se están perdiendo, y que viene de muchas generaciones atrás, relacionado con los tablados de barrios de antes. 

 

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Foto: Sitio de Anáforas (Tablado 1929).