La Facultad de Información y Comunicación homenajeó a los autores originales y de la restauración de su edificio, que incluye el aulario del Área Social y Artística, instalando una placa que los reconoce en el subsuelo del Portal Rabú.

placa dedicada a los arquitectos del edificio

Con el objetivo de poner en valor la historia del edificio y conectar​ la memoria del lugar con los usuarios y usos actuales, Dirección General de Arquitectura de la Udelar propuso instalar una placa como reconocimiento a los arquitectos autores del edificio, tanto en su versión original como en su restauración. La iniciativa forma parte del Proyecto Memoria.

Historia del edificio

En 1873 se inició la construcción del Asilo de Huérfanos y Expósitos (niños abandonados o de origen desconocido) en la manzana delimitada por las actuales calles Juan Jackson, San Salvador, Eduardo Acevedo y Gonzalo Ramírez. Dos años después, la obra proyectada por el arquitecto Víctor Rabú estaba finalizada y el edificio en funcionamiento. El Asilo, que en 1910 tomó el nombre del presbítero Dámaso Antonio Larrañaga, compartía el predio con la Parroquia de Nuestra Señora del Huerto y San José. El conjunto de edificios fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1976.

En 2007 la Udelar adquirió los predios del ex Asilo con el objetivo de restaurar el edificio y desarrollar el Espacio de la Información y la Comunicación y un aulario para el ASA, obra que inició en 2013. De la edificación original se conserva únicamente la entrada por la calle San Salvador: el Portal Rabú, Monumento Histórico Nacional. Su restauración fue incluída en el proyecto por la Dirección General de Arquitectura de la Udelar.

En los 700m² del Portal Rabú se hicieron trabajos de restauración y recuperación de las molduras y los capiteles originales, la puerta de entrada y las aberturas de madera del hall. Este sector se llevó al estado original del edificio, manteniendo la doble altura generada por la ruina. En el subsuelo se mantuvieron las paredes y los arcos descarnados por la propia acción del tiempo. Este sector mantiene el "espíritu de la ruina" como testimonio de una de las épocas que marcó al edificio y al barrio, en palabras de la arquitecta proyectista de la obra, Inés Llorente. En febrero de 2017 culminaron las obras y se inauguraron la FIC y el Portal Rabú.

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