Evaluadores externos de tres países recorrieron la FIC durante tres días y realizaron una devolución oral, previa al informe técnico que presentarán a mediados de diciembre. Entre varias observaciones y recomendaciones, el proceso de evaluación institucional fue valorado por los expertos como un insumo clave para la comunidad universitaria.

Evaluadores externos

Luego de la primera etapa que culminó en setiembre con la aprobación del Informe de Autoevaluación Institucional (clic aquí) por parte del Consejo de la FIC, la mirada externa fue el siguiente paso. En ese marco, tres expertos visitaron la Facultad los pasados 17, 18 y 19 de noviembre para reunirse con docentes, estudiantes, egresadas y egresados, funcionarias y funcionarios. Los dos evaluadores extranjeros fueron Martín Becerra (Universidad Nacional de Quilmes - Argentina) y Marta Valentim (Universidad Estadual Paulista, Campus de Marilia, UNESP - Brasil), mientras que el evaluador nacional fue Diego Piñeiro, ex-decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Udelar. 

Además de la recorrida por las instalaciones de la Facultad, la agenda de los evaluadores durante los tres días incluyó la bienvenida por parte del rector de la Udelar,  Rodrigo Arim y la decana de la FIC, Gladys Ceretta, también reuniones presenciales con representantes de los tres órdenes, con referentes de enseñanza en posgrado e investigación, con las comisiones de institutos, de enseñanza y de carrera, además de la participación en el Consejo en su sesión del jueves 18 de noviembre, entre otras actividades. 

 

Una memoria con proyección a futuro

“La evaluación institucional fue valorada por unanimidad en cuanto sistematiza y presenta nueva información de base y datos clave sobre la vida institucional de la Facultad. Es un estado del arte muy bueno, muy actualizado, es también una memoria”, sostuvo Becerra en nombre de los evaluadores. El experto argentino agregó que otra de las coincidencias unánimes entre los visitantes es “el logro que ha tenido la comunidad universitaria de la FIC en ir construyéndose como comunidad, en tan poco tiempo”. “Creemos que la propia autoevaluación es un insumo clave para esta comunidad universitaria, no muy frecuente en las universidades. También el carácter voluntario del proceso nos parece muy relevante”, resumió. 

El informe oral avanzó sobre las seis dimensiones analizadas en el proceso de autoevaluación. En lo que refiere a la enseñanza, el tema de la docencia apareció en todas las reuniones, señalaron los evaluadores: “desde la organización, la dedicación, los perfiles de los docentes, las encuestas docentes, todos son nudos que están presentes”. Sobre la enseñanza de posgrado, se evaluó como algo positivo las nuevas propuestas que la FIC lanzó en estos últimos años, pero también se recomendó “una mirada institucional de largo plazo” para planificar nuevas ofertas.

Sobre la investigación señalaron que el investigador “parece ser una categoría autopercibida, con falta de indicadores para definir esa actividad”, y el desafío es encontrar los incentivos para el desarrollo de esta dimensión. En cuanto a la extensión, agregaron que es una zona que no está muy abordada de manera sistemática y que ese es un problema familiar a la vida universitaria (“las universidades públicas nos preciamos de integrar las tres funciones, pero la verdad es que la extensión está muy subestimada en relación a las otras”), resumió Becerra en nombre de sus colegas. 

Sobre la infraestructura de la FIC solo hay “puro elogio”, sostuvieron los pares extranjeros a partir de sus entrevistas: “han aparecido muchos elogios sobre el valor que ha tenido el lugar común a la hora de construir comunidad. Ustedes son conscientes de ello y van a disfrutarlo plenamente cuando vuelva la presencialidad”. 

“Sabemos que un informe de esta naturaleza guía las acciones y orientaciones a futuro, no es solo una mirada retrospectiva que recoge lo que hubo o lo que hay sino que también justifica proyectos o planes de desarrollo”, resumió el argentino, y recomendó una mayor apropiación del informe por parte de los actores involucrados y más instancias de debate sobre el documento. 

“La autoevaluación que ustedes hicieron es muy importante y es un insumo para el desarrollo”, coincidió a su tiempo Piñeiro, pero agregó que cualquier estrategia a futuro tiene que estar basada en un diagnóstico compartido por todo el demos universitario “para que las transformaciones que se van a sugerir después no tengan resistencia”. Por su parte, Valentim destacó las cualidades de un informe de autoevaluación “honesto”, pero al igual que su pares aconsejó como necesario debatir este diagnóstico en profundidad con todos los actores “para que después todo planeamiento de acciones o cambios pueda tener el compromiso de toda la gente”. Siguiendo estas recomendaciones, el pasado 2 de diciembre el Consejo de la FIC emitió una resolución en la que se acuerda enviar el informe de autoevaluación a los órdenes, funcionarios TAS, coordinadores de departamentos y secciones, así como a las distintas comisiones invitando a estos colectivos a realizar los aportes que consideren necesarios. 

“La evaluación es sumamente relevante para planificar nuestro presente, pero también para proyectarnos al futuro”, sostuvo Ceretta mientras recordó que el año en que se realizó la autoevaluación fue un año muy complejo debido a la pandemia; “tendremos que buscar las mejores formas de poder llegar a todos”, sostuvo sobre los alcances del informe. Cerca del final agradeció el trabajo realizado por los invitados: “sin duda toda la orientación y el asesoramiento que nos brindarán en el informe técnico será muy bienvenido”. 

La tercera y última etapa de la evaluación institucional consiste en la presentación de un Plan de mejoras elaborado por la FIC que se presentará en 2022.