AVISO URGENTE PSICOLOGÍA GRUPAL

Investigación periodística sobre mujeres y disidencias en la música folclórica

En marzo, Mes de las Mujeres, nos proponemos compartir trabajos finales de grado (TFG) realizados con perspectiva de género en la Facultad de Información y Comunicación (FIC). En esta oportunidad nos acercamos al trabajo de egreso de Natalia Sánchez y Ayrton Gallareto sobre las asimetrías de oportunidades entre las músicas y los músicos en Uruguay.

Foto de Natalia Sánchez y Ayrton Gallareto en Uni Radio.

En 2021 Natalia Sánchez y Ayrton Gallareto realizaron la unidad curricular Sala de Redacción «Julio Castro» y allí se propusieron investigar las inequidades de género en la música folcórica nacional, por ejemplo: el bajo porcentaje de participación en los festivales, la discriminación o el acoso, las asimetrías preexistentes en los sueldos o contratos. El resultado fue el artículo Detrás de escena (clic aquí) y el inicio de su TFG para egresar de la Licenciatura en Comunicación titulado Inequidad de género en la música folclórica uruguaya. El trabajo fue defendido en 2023 y tuvo como objetivo “analizar desde una perspectiva de género la situación actual (2016 - 2023) de las músicas mujeres y disidencias en Uruguay en el ámbito musical folclórico”.

La autora y la autor consideran fundamental que se realicen investigaciones sobre las inequidades de género en la cultura para generar “espacios de debate y reflexión con el fin de cuestionar ciertas brechas de género o roles de género asignados que están naturalizados” y de esta forma “producir cambios en el arte y también en otros ámbitos sociales (política, deporte, ciencia, etcétera)”. “Creemos que es vital que esta práctica vinculada a la investigación esté más presente en la labor periodística actual, para contribuir a que exista una sociedad más equitativa y crítica” agregan.

Para el TFG realizaron 11 entrevistas a músicas del ámbito del folclore, a las cuales integraron una decena más con las visiones de la sociedad civil organizada, la gestión cultural, el ámbito legislativo, las ciencias sociales, las organizaciones de los festivales tradicionales y las percepciones de músicos varones de folclore. A este pilar cualitativo, decidieron sumarle también uno cuantitativo: realizaron un procesamiento de datos con representaciones gráficas sobre las grillas de la Fiesta de la Patria Gaucha (Tacuarembó), Festival del Lago (Flores), Festival del Olimar (Treinta y Tres) y Festival Nacional de Folclore (Durazno) para distinguir la cantidad de presentaciones compuestas íntegramente por varones y mujeres o mixtas, cruzándolas con algunas otras variables.

Consultados sobre esta combinación metodológica de muchas entrevistas en profundidad con el uso del periodismo de datos, Sánchez y Gallareto aseguraron que “para nosotros fue un gran desafío” y que “si bien al principio lo vimos un poco difícil de llevar a cabo, o nos encontramos con ciertas dificultades, consideramos que fue necesario combinar lo cualitativo con lo cuantitativo para tener datos más certeros acerca de la realidad de las músicas mujeres del folclore”.

Las entrevistas les ayudaron a conocer las diversas visiones que tenían los actores involucrados y “las vivencias de las músicas”. Por su parte, el periodismo de datos contribuyó a “dar mayor claridad informativa y visual acerca de la cantidad de músicas y músicos nacionales e internacionales que participan en los festivales de folclore”. Destacaron que para recorrer este camino fue “fundamental el acompañamiento” de las docentes Betania Núñez y Mercedes Altuna, tutora y cotutora, respectivamente.

Al finalizar la investigación, que se encuentra publicada en Colibrí (clic aquí) ambos egresados concluyeron que uno de los principales desafíos que tienen hoy las músicas folclóricas uruguayas para conseguir la equidad de género en su sector, es que junto a las disidencias “tengan mayor participación en los festivales característicos de folclore (...) ya que la figura masculina es la que aún predomina con un alto porcentaje. Entendemos que si no se les brinda el espacio para darse a conocer, es más dificultoso que tengan la posibilidad de expandir su público objetivo o tener mayor convocatoria, que es un requisito, al parecer excluyente, en varios festivales”. Entre las herramientas para revertir esta realidad, mencionaron al proyecto de ley de cupo, que propone un 50% de participación de mujeres y disidencias nacionales en los escenarios, y que comenzó a debatirse en 2016, pero que aún no ha sido aprobado por el Parlamento.

De cara al futuro, a Sánchez y Gallareto les gustaría “expandir esta investigación a otras ramas del arte, sumando las voces de quienes representan una parte esencial de los espectáculos y la producción: instrumentistas, técnicas, iluminadoras, sonidistas y productoras; e incluir a las personas con identidades de género disidentes”.

 

Luego de defender el TFG, los autores fueron entrevistados en el programa El Balcón de Uni Radio: clic aquí (también disponible en Spotify).

Además, como parte del proceso de investigación, fueron publicados en el periódico la diaria dos artículos:

  • Músicas uruguayas del folclore: un camino con trabas, exigencias, invisibilización, abuso de poder y discriminación: clic aquí.
  • En los festivales más populares de folclore las músicas mujeres siguen siendo minoría: clic aquí.

 

*Foto: Uni Radio.

 

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Peter Burke: diferencias entre conocimiento e información e «Historia de la ignorancia»

El jueves 7 de marzo en el Aula Magna de la Facultad de Información y Comunicación (FIC) de la Universidad de la República (Udelar) se realizó la segunda conferencia del historiador británico Peter Burke.

Mesa con panelistas de la conferencia en le aula magna de FIC el 7 de marzo

Entre las precisiones que plantea en esta segunda conferencia, Peter Burke se refiere a los términos información y conocimiento. 

Diferencias entre conocimiento e información

Señaló que «en las últimas dos décadas las culturas del conocimiento se han convertido en objeto de investigación». En su opinión se necesita de «ambos conceptos, información y conocimiento, con la condición de distinguir entre ambos» . Por otro lado, señala que académicos norteamericanos prefieren el término información en lugar de conocimiento, y en cuanto a esto Burke entiende que «la Información es relativamente cruda, subrayando el relativamente». «El conocimiento en cambio, es información que podría calificarse de cocinada, por cocinada me refiero procesos intelectuales, como la verificación, la clasificación y el análisis», agregó.

Entiende que hoy en día la historia del conocimiento está en proceso de institucionalización, se han fundado centros de estudio de historia del conocimiento y nuevas revistas enfocadas en esta temática, en distintas partes del mundo. «El giro hacia la historia del conocimiento es especialmente visible entre los historiadores de la ciencia, una disciplina que surgió hace aproximadamente un siglo», apuntó. Afirmó que durante mucho tiempo los investigadores de la rama de historia del conocimiento prácticamente ignoraron la investigación de la naturaleza en otras culturas y en otras épocas que no fueran los científicos occidentales modernos, desde Copérnico y Galileo Galilei en adelante. 

Auge de la Historia del Conocimiento

Entiende que el auge de esta disciplina se debe en parte a los problemas actuales que se difunden en los medios y cómo estos inspiran «nuevas formas de mirar al pasado», ejemplos de esto son el creciente interés por la historia del medioambiente y por la historia del conocimiento. Entre algunas de sus afirmaciones establece que «la historia del conocimiento ha surgido en un momento de debate sobre la llamada sociedad del conocimiento o sociedad de la información, la pregunta obvia es en qué se diferencia la sociedad de la información sobre sus predecesores». Entiende que esta interrogante se basa en que más allá de sus diferencias, «toda sociedad es una sociedad de conocimiento, no podría funcionar sin muchos tipos diferentes de conocimientos». Considera que la novedad actual es el grán aumento del número y la variedad de trabajadores del conocimiento.

Opinó que la globalización también está cambiando a las sociedades en las que vivimos «y una vez más, ha animado a los historiadores a comenzar a pensar de forma más global en el caso del pasado y presente». Esta ampliación de los contenidos de la historia del conocimiento hacia temáticas vinculadas a territorios y poblaciones no europeas ha planteado un dilema a los investigadores, «por un lado se resisten a tachar de anticientíficos  los conocimientos indígenas sobre la naturaleza, entre ellos el tratamiento de enfermedades en base a plantas,  pero por otro lado son igualmente reacios a llamar ciencia a este tipo de conocimiento práctico, por esto mismo algunos historiadores de la ciencia se han definido  recientemente como historiadores del conocimiento».

Por esto entiende que a este enfoque globalizador le resta que se incorpore también una creciente concientización respecto al la importancia del imperialismo y la esclavitud en el pasado. Señaló que «en este contexto los historiadores son cada vez más conscientes de la importancia de los imperios en la historia del conocimiento, y a la inversa, de la importancia del conocimiento en la historia de los imperios». 

En relación a la historia del conocimiento y nuevos descubrimientos, hace un breve pasaje sobre experiencias que viven intelectuales, dedicados a varios estudios y áreas. A medida que aumenta su repertorio de conocimientos, se acumulan nuevas perspectivas para luego ser filtradas o complementadas. Se refiere específicamente a estas personas como “polímatas”, las cuales «llegan a su segunda o tercera disciplina con los ojos y hábitos de alguien que se ha formado en su primera disciplina» .

«Historia de la ignorancia»

En alusión a la historia de la ignorancia explica que, «si alguien desea echar un vistazo a un tema o problema a menudo le resulta esclarecedor darle vuelta o ponerlo al revés», como ejemplo citó a los investigadores que estuvieron durante algunos años estudiando la memoria, pero los historiadores descubrieron el valor para entenderla de mejor manera de estudiar también el proceso del olvido. Análogamente él mismo luego de escribir acerca de la historia del conocimiento, pensó que sería buena idea centrarse en la idea de la ausencia del mismo, es decir «la historia de la ignorancia». Recordó que la ignorancia fue estudiada primeramente por sociólogos y más tarde por politólogos y economistas. 

Este estudio tiene aparejado para los historiadores una complejidad mayor, «se supone que la investigación de los historiadores se basa en fuentes, pero ¿qué fuentes puede haber para la historia de algo que no existe?». Explicó que en el curso de su investigación encontró varias respuestas posibles para este desafío, una de ellas es la de realizar comparaciones entre el pasado y el presente y contrastar ambas épocas, «por ejemplo, cada descubrimiento científico nos habla de lo que no se sabía antes». En ese sentido, recuerda cuando en el transcurso de su investigación, se enteró de la obligatoriedad de la filosofía como disciplina en las instituciones educativas francesas y se dio cuenta de la falta de esta disciplina en planes de estudio ingleses.

Otras de las estrategias que Burke plantea para salvar el desafío de las fuentes en las que pueden basarse los historiadores de la ignorancia para estudiar algo que no existe, es «estudiar lo que la gente no quiere saber, incluso lo que niega». Como ejemplos nombró el calentamiento global, el holocausto y los efectos del tabaco en la salud. En su caso se enfocó en el estudio de la toma de decisiones en especial aquellas que conducen a desastres por la falta de conocimientos importantes, por ello se dedicó en el inicio al estudio de la historia militar. Uno de los ejemplos que utiliza acerca de los efectos de la ignorancia en la guerra es el de las invasiones en el marco del imperialismo a países como Afganistán, y cómo a lo largo de los siglos el desconocimiento, es decir la ignorancia en torno a las características de su gente, territorio y geografía, han afectado los resultados. 

Remarca que al igual que como sucedió con el COVID-19, en muchas otras epidemias de siglos anteriores el cólera, la fiebre amarilla y la peste, existía un desconocimiento respecto a su origen, «al principio de cada epidemia nadie sabía de dónde venía, cómo se propagaba y cómo resistirla, en todos los casos se creyó que eran resultado de conspiración de forasteros».

La última de las estrategias de los historiadores para abordar la ignorancia es estudiar  «cómo algunas personas intentan mantener a otras en la ignorancia sobre algo». En Gran Bretaña por ejemplo las mujeres acusaban a los hombre desde el siglo XVII de mantenerlas en la ignorancia al negarles el acceso a las escuelas, entretanto en el siglo XIX los obreros ingleses se quejaban de  que la clase media los mantenía en la ignorancia como excusa para negarles el voto.

Reflexiona también en torno al «encubrimiento»  como forma de ocultar al público información importante.  Un ejemplo de esto es que la relación entre el tabaquismo y el cáncer de pulmón  «ya había sido descubierta por los investigadores en los años 50 del siglo XX, sin embargo las empresas tabacaleras llevaron a cabo una larga campaña para que el público no se enterara del descubrimiento». Entiende que el encubrimiento atenta contra las democracias, o en contraposición, configura «una ventaja para los regímenes autoritarios, cuanto menos sabe la gente lo que está pasando menos probable será que critiquen a los gobernantes».

Para dar cierre a su segunda conferencia, Burke afirma que las noticias falsas o fake news pueden ser «propagadas por gobiernos, por empresas y por particulares, y que los medios de comunicación desempeñan un papel importante tanto en la transmisión como en la crítica de este tipo de noticia falsa». En cuanto a las creencias sobre el carácter reciente de las fake news, remarca que «los historiadores han demostrado que el proceso de difusión de noticias falsas es muy antiguo». Por último resalta que, «para combatir este fenómeno a largo plazo, hay que educar a los ciudadanos para que sean más críticos que antes con los mensajes que reciben».

Fuente: Portal de la Udelar

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SORTEOS SEMESTRE IMPAR 2024
Archivo Adjunto

El desafío de la desigualdad de género: una «transformación personal y colectiva»

Victoria Espasandín y Mariana González Guyer fueron entrevistadas en el marco de la campaña «Desafiemos las desigualdades», realizada en colaboración entre diversos equipos de comunicación de la Udelar, la Comisión Abierta de Equidad y Género (CAEG) y comisiones y comités de género de distintos servicios de todo el país, en el marco del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el 8 de marzo. 

8 de marzo: entrevistas Udelar

Espasandín, coordinadora del equipo asesor de la CAEG y González Guyer, integrante del Centro de Estudios Interdisciplinarios Feministas (CEIFem) y coordinadora del Observatorio para la Igualdad de Género, abordaron cómo se expresan las desigualdades de género a la interna de la institución y qué acciones se desarrollan y se pueden instrumentar para desafiarlas.

Explicaron que las desigualdades sociales se configuran cuando no se goza de los mismos derechos y no se accede de igual manera a bienes y servicios; las trayectorias de vida de las personas que las sufren están marcadas por ciertas características que las hacen más vulnerables a la violencia, al acoso o al ridículo. 

«El género es una de las variables que define formas de desigualdad muy específicas relacionadas fundamentalmente con el acceso al poder», apuntó González Guyer. Acotó que «la desigualdad de género no anda sola por la vida, está atravesada por otras desigualdades como la de clase, la étnico racial, la desigualdad entre Montevideo e interior: [...] es lo que se llama interseccionalidad». «No es lo mismo ser una mujer blanca de sectores medios y estar en la Universidad, que ser una mujer trans, afro, que trabaja como empleada doméstica», añadió. 

Datos de la desigualdad en la Universidad

Tanto Victoria Espasandín como Mariana González Guyer repasaron algunos datos que reflejan la desigualdad en la Universidad de la República (Udelar). En cuanto al colectivo docente, el 60% de los cargos Grado 1 y Grado 2 están ocupados por mujeres, pero éstas sólo ocupan un tercio de los cargos Grado 5, lo cual muestra las dificultades que tienen las mujeres para acceder a cargos de mayor jerarquía. En cuanto a la segregación horizontal, en el Área Salud hay un 70% de estudiantes mujeres, mientras en las áreas de Tecnología y Ciencias de la Naturaleza y el Hábitat las mujeres son la mitad. 

Dentro del funcionariado técnico, administrativo y de servicio (TAS) «la feminización es inmensa» dijo González Guyer, ya que el 66% son mujeres. Dentro del escalafón Profesional, casi el 90% son mujeres, lo que puede tener que ver con «la seguridad en el trabajo» que ofrece la Universidad y los empleos públicos, que en ocasiones pueden tener salarios más bajos que el sector privado, pero ofrecen mayores derechos laborales. 

Espasandín agregó que se debe trabajar en cómo se distribuyen las horas extras y nocturnidades: «Hay estereotipos que marcan que las nocturnidades son más para los varones. Hay que ver qué brechas pueden existir en el tema de remuneración», apuntó. Añadió que, a pesar de que se han generado acciones relativas al cuidado de niñas y niños, hay otras poblaciones que también los requieren. En este sentido, señaló que la Udelar no contempla en su Ordenanza de Licencias la posibilidad de tener días para, por ejemplo, el cuidado de padres: «estas cuestiones hacen que las trayectorias laborales de las mujeres en la Universidad sean más complejas», afirmó.

También dentro del estudiantado, la carga de cuidados recae más en las mujeres: el 15% de las estudiantes mujeres declaran ser responsables de cuidar a alguien, mientras que en los varones es el 9%. En cuanto a los casos de violencia, acoso y discriminación las estudiantes continuan siendo las más afectadas y los responsables de las agresiones son docentes y estudiantes varones en la enorme mayoría de los casos, según una encuesta realizada en 2021. Para González Guyer «es terrible que esto esté pasando, pero es un avance saberlo» ya que contar con información es clave para pensar qué medidas y acciones se pueden tomar para enfrentar esa problemática. 

«Un pienso colectivo para arribar a soluciones colectivas»

En cuanto a las acciones que lleva adelante la CAEG, Espasandín señaló que se trabaja en identificar cuál es el acceso y el control de los recursos que tienen las mujeres dentro de la Universidad y las brechas que existen con los varones. Destacó la valiosa información que surge de distintos ámbitos de la institución, y que da cuenta de las dificultades que atraviesan las mujeres en sus trayectorias laborales y educativas por barreras que surgen de la propia institución pero que están presentes en la sociedad en general. «Las mujeres no podemos estudiar de la misma manera, perdemos oportunidades de trabajo y no accedemos a los mismos espacios de toma de decisión que los varones», afirmó. Además, agregó que están expuestas a situaciones de violencia de forma mucho más frecuente. 

Luego de identificar estas desigualdades, la CAEG las problematiza y las coloca en la agenda de la Udelar para instrumentar, a partir de ellas, políticas que apunten a revertirlas. Una de las líneas que se trabaja es la de los cuidados co-responsables, tanto en el ámbito laboral como en el educativo, ya que las tareas de cuidados que les son asignadas tradicionalmente a las mujeres causan que sus trayectorias académicas sean más lentas que las de los varones y que tengan menos oportunidades de ascenso y de acceso a cargos. En este marco, se creó una Comisión Central de Cuidados que trabaja, entre otros temas, en la instrumentación de salas de lactancia y espacios de cuidado y recreación que se están generalizando en la Udelar.  

Otro de los espacios institucionales generados en atención a las problemáticas de género es la Comisión Central de Violencia, Acoso y Discriminación que comenzó a funcionar en 2013 y a partir de 2020 cuenta con una política y una ordenanza específica. Además, la CAEG apoya a los servicios universitarios para la implementación del Modelo de Calidad con Equidad de Género, que promueve la transversalidad de la perspectiva de género en todas las acciones: políticas, programas y en las «formas de hacer» en la institución, para no reforzar estas desigualdades sino revertirlas, «generando un pienso colectivo para arribar a soluciones colectivas». Actualmente, veinte servicios y espacios de la Udelar se adhirieron al Modelo y doce facultades están certificadas. Espasandín marcó estos datos como un logro porque se generó institucionalidad y espacios de trabajo cogobernados, pero señaló que para la sostenibilidad de esos procesos se necesitan recursos asociados.

Por su parte, el Observatorio se propone ser un instrumento que colabore con la formulación, diseño y evaluación de políticas. Para ello, se organiza en tres grandes ejes de trabajo: la construcción de un sistema de información e indicadores; la sistematización de las políticas y acciones que a nivel internacional, nacional, de la Udelar y de cada servicio se llevan a cabo para combatir la desigualdad; y el relevamiento de la producción de la Universidad respecto al tema de la desigualdad, tanto en enseñanza, extensión como investigación.

González Guyer opinó que la Udelar ha dado grandes pasos en la visualización de la desigualdad de género como un problema. Hace veinte años, cuando se creó la Red Temática de Género, no se hablaba del tema: «la Universidad se considera a sí misma como un espacio muy democrático, costó mucho trabajo que comenzara a mirarse y se diera cuenta que es una institución muy antigua, que es muy patriarcal, muy jerárquica y muy masculina». «La Universidad fue inventada por los varones, para los varones. Las mujeres nos colamos, entramos por la ventana del costado y los feminismos han implementado diversas formas de lucha para que la Universidad efectivamente sea inclusiva y democrática, y aunque estamos avanzando, este es un trabajo que tenemos todavía por delante», explicó.

Por último, ante la consulta sobre qué podemos hacer para desafiar las desigualdades, Espasandín respondió que en primer lugar hay que reconocer a cuales están expuestas las mujeres: «Reconocernos a nosotras mismas e incidir en la deconstrucción y la construcción de nuevas formas de masculinidades. Nuevas formas de relacionarnos dentro de la Universidad», planteó. Agregó que el desafío de las desigualdades también «implica incorporar la perspectiva de género», lo que supone a una «transformación personal y colectiva».

Se puede escuchar la entrevista completa realizada en el estudio de UNI Radio (clic aquí).

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8M: Desafiemos las desigualdades

«Desafiemos las desigualdades» es una campaña que emerge de la colaboración entre diversos equipos de comunicación de la Universidad de la República (Udelar), la Comisión Abierta de Equidad y Género (CAEG) y comisiones y comités de género de distintos servicios de todo el país, en el marco del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el 8 de marzo. 

8 de marzo: Día internacional de la Mujer

Profesionales de la comunicación nos reunimos para discutir, reflexionar y explorar distintas propuestas. Esta forma de trabajo horizontal nos impulsó a la acción, a mirar diferentes perspectivas, a distribuir tareas, a problematizar cada palabra respetando las diferencias y a seguir construyendo más experiencias conjuntas. 

Son muchas las acciones que la Udelar, y en particular las mujeres que la habitamos, hacemos a diario para lograr la igualdad de género. Reconocemos el recorrido hecho y lo avanzado para que las mujeres tengamos más espacios de formación y oportunidades para desarrollar nuestras trayectorias académicas y profesionales. Aún así, quedan múltiples desafíos y estamos lejos de alcanzar la igualdad. 

La expresión visual de esta campaña invita a revisarnos, a hablar de lo que hemos hecho como Udelar, pero sobre todo de lo que queda por hacer. A partir de esta invitación o pregunta surge una conversación de palabras y de imágenes. Hablamos de «desigualdad», «desequilibrio», «tensión», «incomodidad». Hablamos de ésta como una lucha que nos antecede, que retomamos, y pretendemos que continúe. Queremos reflejar desequilibrios pero también la construcción colectiva, en la que cada parte aporta a una Universidad para ser cada vez más inclusiva y equitativa.

Durante este mes de marzo compartiremos distintos contenidos comunicacionales con el objetivo de visibilizar esa desigualdad y desafiarla. Esta campaña fue construida en su mayoría por mujeres, a la que adhieren facultades, centros universitarios regionales y servicios universitarios.

Las mujeres en la Udelar

De acuerdo a los relevamientos realizados en abril de 2023 por la Dirección General de Planeamiento (DGPlan) sobre el personal técnico, administrativo y de servicios (TAS), 66,4% de este funcionariado estaba compuesto por mujeres.

Del total de estas mujeres el 59,5% cuenta con formación terciaria. Respecto a la distribución por género entre los distintos roles, se destaca la amplia mayoría en el escalafón A (Profesional), donde las mujeres representan el 85,5%. También se observa amplia representación en los escalafones B (Técnico), C (Administrativo) y D (Especializado), en el entorno del 75%. Esta cifra desciende en los escalafones F (Servicios generales) y Q (de particular confianza), pero superan el 60%. Mientras que en el R (de renovación permanente de conocimientos técnicos) representan el 41%. 


En lo que respecta al estudiantado, en 2022 las mujeres representaron el 60,8% del ingreso a estudios de grado, y las egresadas de ese año el 64,8%. Si pensamos la relación por áreas académicas, del total de los egresos de grado en 2021 en el Área de Tecnologías y Ciencias de la Naturaleza y el Hábitat el 47% corresponden a mujeres; en el Área Social y Artística el 67,3% y en el Área Ciencias de la Salud el 72,6%.

Los datos de estudiantes de posgrado representan relaciones similares. En 2020 el 65,6% de estudiantes de posgrado fueron mujeres y representaron 64,4% de personas egresadas ese año.

En cuanto a las docentes, en abril de 2021 las mujeres representan el 54,7% y en el área académica que ocupan mayor cantidad de cargos es en Ciencias de la Salud con el 63,5%. Lo que corresponde con la división sexual de determinados puestos de trabajo, como en Enfermería, por ejemplo. 

Si bien el 48,2% de docentes de la Udelar en régimen de Dedicación Total (DT) son mujeres, variando esta proporción al interior de cada Área.; sólo un tercio de los cargos grado 5 están ocupados por ellas. En esta misma lógica, se concentran los grados de formación 1 y 2 en las mujeres (60%). Esta brecha de género está íntimamente relacionada con la distribución del trabajo doméstico, los cuidados y los estereotipos de género. Al naturalizar estas tareas como inherentes a las mujeres, se establece no sólo un reparto desigual de las tareas sino también de las oportunidades de ascenso y acceso para varones y mujeres.  

A 175 años de la creación de la Universidad, mejoramos el acceso ¡somos mayoría!, pero la discriminación y las prácticas violentas siguen presentes y se manifiestan de diferentes formas. En respuesta a eso, la campaña «Desafiemos las desigualdades», tiene como objetivo ser un imperativo y una invitación a conocer los avances y las desigualdades que aún persisten, con la intención de transformar la realidad en colectivo. 

Para conocer más sobre estas desigualdades, se puede escuchar la entrevista a Victoria Espasandín y Mariana González Guyer, referentes de género de la Udelar: (clic aquí).

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Funcionamiento de la FIC | 8/3/2024

Burke en Uruguay: una semana para la Historia de la cultura
Burke en Uruguay: una semana para la Historia de la cultura

Durante la semana del 4 al 8 de marzo estarán por primera vez en Montevideo el historiador Peter Burke y la historiadora Maria Lucia García Pallares-Burke para desarrollar actividades académicas. Se trata de dos referentes de la academia historiográfica contemporánea, profesores de la Universidad de Cambridge (UK), cuya producción ha signado los campos de la historia de la cultura y el conocimiento en las últimas tres décadas.

Su visita posiciona al país y en particular a su capital como sede cultural de un acontecimiento académico de gran relevancia para la comunidad de investigadores e investigadoras que se interesan por las disciplinas de la información, la comunicación y su vínculo con el conocimiento del pasado y la memoria social.

Peter Burke brindará dos conferencias magistrales en el aula magna de la FIC:

El martes 5 a las 18.00 será "Historia cultural: pasado, presente y futuro"

El jueves 7 a las 18.00 será "Historia del conocimiento e historia de la ignorancia”.

Las conferencias son abiertas a toda la comunidad y se transmiten a través del canal de Youtube de Udelar

Para quienes deseen obtener un certificado, se pueden inscribir en el siguiente formulario (clic aquí).

María Lucía García Pallares-Burke impartirá el seminario académico “Gilberto Freyre y su impacto en la historia intelectual de Brasil y América Latina” los días lunes 4 y miércoles 6 de 9.30 a 11.30 en la sala Cassinoni de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHCE). 

El seminario está destinado a estudiantes que estén cursando posgrados en el Área Social y Artística (acredita como SPI) o investigadores e investigadoras interesadas en la temática.

Será con inscripción previa a través del correo electrónico: humanidadesposgrados@gmail.com

La posibilidad de contar con la presencia de Burke y Pallares-Burke se concretó desde el Comité Académico de la Especialización y Maestría “Patrimonio documental: historia y gestión” de la Unidad Académica asociada entre la Facultad de Información y Comunicación y el Archivo General de la Universidad de la República.

Cuenta con el apoyo de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, la Facultad de Artes, los posgrados de maestría y doctorado que se desarrollan en el marco del Área Social y Artística, la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) de la Udelar y el Servicio de Relaciones Internacionales de la Udelar. 

Descargar gacetilla, clic aquí.

 

Transmisiones en vivo realizadas por la Unidad de Comunicación de la Udelar (UCUR):

  • Conferencia “Historia del conocimiento y la ignorancia”: clic aquí.
  • Conferencia “Estado actual del campo de la historia de la cultura”: clic aquí.

 

Una FIC libre de violencias
Una FIC libre de violencia

Una FIC libre de violencia es una campaña realizada por la Comisión de Género y Diversidades de la Facultad de Información y Comunicación (FIC) con el objetivo de difundir las vías institucionales creadas en la Facultad para orientar a la comunidad universitaria en caso de detección de situaciones violentas y discriminatorias que involucran a integrantes de nuestro colectivo.

Esta iniciativa, que cuenta con la aprobación del Consejo, se realiza en consonancia con las políticas centrales de la Universidad de la República (Udelar) relativas a la promoción de espacios libres de violencia y acoso (Ordenanza de actuación ante situaciones de violencia, acoso y discriminación).

Los materiales de difusión de la campaña con esta información relevante se encuentran disponibles en las carteleras institucionales de la FIC, en la biblioteca, en Bedelía, en la cantina y en diferentes espacios de nuestra Facultad, así como en las redes sociales, en portal fic.edu.uy, en el boletín semanal de noticias y en las pantallas del edificio para que la comunidad conozca las formas por las cuales se puede consultar, orientar y denunciar ante casos de acoso o discriminación y para construir una FIC libre de violencias.

 

Una FIC libre de violencia

Podés preguntar, orientarte y denunciar: referentes.convivencia@fic.edu.uy

Más información: fic.edu.uy/genero-y-diversidad

 

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