La doctora en Ciencias Sociales argentina Elizabeth Jelin, visitó nuestra Facultad en el marco del simposio “Tenemos que hablar. Perspectivas feministas sobre el golpe de Estado”, organizado por el Centro de Estudios Interdisciplinarios Feministas (Ceifem) de la Universidad de la República (Udelar), en el marco de los 50 años del golpe de Estado. 

Elizabeth Jelin en el aula magna de la FIC

El simposio  “Tenemos que hablar. Perspectivas feministas sobre el golpe de Estado”, que se desarrolló durante dos intensas jornadas de debates e intercambios, finalizó con una conferencia magistral de Elizabeth Jelin, quien recibió el 18 de mayo el título de “Doctora Honoris Causa de la Universidad de la República”, en el Paraninfo de la Udelar (clic aquí). 

La presentación estuvo a cargo de la historiadora Graciela Sapriza, integrante del Ceifem, quien destacó la importancia de las obras que produce Jelin y que son el resultado de su trayectoria e involucramiento en los estudios de la memoria. 

Jelin comenzó su conferencia “Dictaduras y después. Olas, mareas y tsunamis feministas”, exponiendo el objetivo: pensar la relación entre los movimientos de derechos humanos y los movimientos feministas a lo largo de estos 50 años. “En varias intervenciones del simposio, en las preguntas se mencionaron encuentros, descuentros, choques, divergencias y convergencias. Está en nuestro escenario y en nuestra manera de pensarlo”, comentó. 

“Las mujeres que viveron represión y tortura empezaron a hablar tempranamente, en el caso argentino. En el Juicio a las Juntas de 1985, hubo varios testimonios de violencia sexual que fueron incorporados bajo el rótulo de tortura. Era una forma de tortura. Esto fue cambiando a lo largo de estas décadas y se fueron incorporando otras formas de mirar el pasado”, sostuvo Jelin. 

La socióloga compartió con las personas presentes en el evento los audiovisuales creados por Memoria Abierta, una institución argentina que ha recogido una enorme cantidad de historia oral. La directora Alejandra Oberti, planteó el proyecto abordando una de las preguntas del simposio: “¿Cuál fue históricamente la relación entre los derechos humanos y el movimiento feminista?”. (Ver material de Memoria Abierta, clic aquí).

Comentó que la movilización del primer 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, organizado en Argentina en 1984, concluyó con un acto frente al Congreso convocado por la Multisectorial de las Mujeres, que estaba integrada por mujeres de todos los partidos políticos que se juntaban a hablar de temas que las involucraba, reuniones que luego sumaron a varias organizaciones de la sociedad civil organizada. 

“Además, se realizó la reunión preparatoria para el segundo gran encuentro de gobiernos para la condición de las mujeres que se realizaría en Nairobi. En 1984, se hizo la reunión preparatoria para este encuentro en La Habana, donde se realizó una conferencia paralela convocada por la Federación de Mujeres Cubanas. Fueron invitadas muchas mujeres feministas de distintos países de América del Sur, como Suzana Prates de Uruguay, y de esta manera pudimos estar en contacto con lo que estaba pasando en la región. Desde entonces, hay varias líneas de acción, una línea tiene que ver con impulsar cambios legislativos importantes en: patria potestad y divorcio, Ley de cupos, violencia de género y reconocimiento legal de los femicidios, acoso laboral y sexual, educación sexual integral, matrimonio igualitario, entre otros”, dijo Jelin. “Además, hubo la creación de instituciones, como los Consejos de la Mujer, Ministerios, como parte del reconocimiento institucional en los gobiernos nacionales y subnacionales. Se le suma a esto el desarrollo de las políticas públicas sociales múltiples”. 

Explicó que la actualización de la legislación, en todos nuestros países, tras la dictadura militar, ha llevado 40 años de trabajo. 

La socióloga destacó que en Argentina, la campaña por la ley de la interrupción voluntaria del embarazo llevó 20 años de trabajo, y precisó: “Hablamos mucho de la marea, en el caso argentino de “Ni una menos”, el paro de mujeres y parecería que esto es una efervescencia social que es juvenil y que constituye esto que se llama la marea (o las olas feministas). La movilización popular tiene períodos de efervescencia y latencia en los cuales se van decantando y trabajando lo que parece una irrupción o erupción de un volcán. Así aparecen estas cosas, pero les aseguro que por detrás hay muchas cuestiones. Y también hay fiesta, porque la marea es fiesta”. 

El simposio terminó con música y baile en el aula magna de la FIC. 

Ver la conferencia completa de Elizabeth Jelin, clic aquí.

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