El 3 de mayo es el Día Internacional de la Libertad de Expresión y de Prensa. Desde la Facultad de Información y Comunicación (FIC) compartimos reflexiones de algunos miembros de nuestro colectivo docente sobre el valor de este día en la enseñanza universitaria.

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Este año, como todos los 3 de mayo desde 1993, se celebra el Día de la Libertad de Expresión y de Prensa, fecha proclamada por la ONU en el aniversario de la Declaración de Windhoek. El documento, elaborado por representantes de medios de comunicación africanos, recogió los principios de la libertad de expresión y prensa. Tomando como puntapié la campaña que UNESCO lanzó para este año sobre los medios de comunicación y los medios sociales bajo el lema "Por un periodismo valiente e imparcial" consultamos a algunos docentes de nuestra Facultad sobre el valor que tiene este día para la enseñanza universitaria.

El docente e investigador del Departamento de Ciencias Humanas y Sociales de la FIC, Gerardo Albistur, señala que la libertad de expresión es "la manifestación de la libertad de pensamiento, pero no es solamente retórica, solamente discurso, o la manifestación de ciertos contenidos o ideas. También es un ejercicio más amplio que comprende las formas, el espacio y los medios para ese ejercicio. No es únicamente la ausencia de prohibiciones o de limitaciones, sino la posibilidad de expresarse, de difundir un mensaje por los medios que se considere necesarios”.

Desde su proclamación, esta fecha busca fomentar y desarrollar iniciativas en favor de la libertad de prensa y evaluar su estado en todo el mundo. En este sentido, Albistur considera que en Uruguay el panorama es de una amplia libertad: “Somos un país donde las libertades están extendidas y consolidadas. Eso es reconocido internacionalmente. Incluso en un mundo donde la democracia y la libertad retroceden, Uruguay logró avances”. Sin embargo, el investigador señala que “en estos momentos hay que poner una nota de preocupación porque recientemente el Poder Ejecutivo le negó al PIT-CNT el uso de una cadena de televisión”.

En cuanto al aspecto legislativo de la libertad de expresión, el investigador y docente del mismo departamento Martín Prats, considera que el país “cuenta con un marco legislativo de protección consistente en varias normas que brindan, no solamente protección a la libertad de expresión e información, sino que también establecen elementos o instrumentos de trabajo para profundizarlos”. Prats señala que en Uruguay no existe ningún mecanismo directo de censura previa e incluso destaca que el marco legal “protege contra ese tipo de prácticas”. En donde sí considera que existen debilidades es en la promoción de la libertad de expresión, creando condiciones para que quien quiera producir o recibir un mensaje pueda hacerlo plenamente. Esto está vinculado, según el docente, a las dificultades para el acceso a los medios de comunicación, cuyos mensajes deberían ser “plurales y diversos”.

En consonancia con Albistur y Prats, para la periodista y docente de Sala de Redacción “Julio Castro”, Tania Ferreira, en nuestro país no peligra la libertad de expresión o la vida de los trabajadores de los medios, como sucede en otros países de Latinoamérica. Sin embargo considera una limitación las dificultades económicas que atraviesan los medios para solventarse y a su vez ser independientes: “Muchas veces la censura está en que los periodistas no pueden escribir o investigar sobre determinado tema o empresa porque compra publicidad en el medio”.

Ferreira agrega como otro obstáculo “las vueltas y vueltas que dan los organismos públicos o estatales para otorgarle a los periodistas los pedidos de acceso a la información pública”. Según la periodista, sucede que muchas veces esas solicitudes son devueltas con datos desordenados, ilegibles o incluso con faltantes de información. De todos modos, destaca que “peor que la censura es la autocensura, que es cuando el propio periodista entiende que de ciertos temas no se puede escribir o hablar”.

 

De Sala para el mundo

El docente de la Sección Académica Periodismo de la FIC, Facundo Franco, señala que en la formación de grado se trabaja para que el estudiante piense en la libertad de expresión como un derecho limitado por el ejercicio responsable de la profesión.

Franco destaca que Sala de Redacción (SdR) es un medio que si bien funciona dentro de una institución pública y universitaria, “siempre tenemos libertad para definir los contenidos que se publican, aplicando el criterio periodístico”. El equipo docente de SdR trata de dar “insumos a los estudiantes para que nadie coarte su libertad de expresión. Por ejemplo, cuando escriben una nota y uno de los entrevistados les pide para verla antes de que sea publicada, les decimos que no lo hagan y les explicamos que parte del acuerdo que hace la fuente con el periodista cuando se conversa, es confiar en el criterio periodístico. Después, siempre llegado el caso, si el entrevistado considera que fue sacado de contexto, o sus declaraciones en la nota no tuvieron el sentido que dice que les dio, va a tener derecho a reclamar y que después se publique alguna aclaración o fe de erratas en el caso de que corresponda”.

En esta misma línea, el egresado de la FIC y colaborador honorario de SdR, Federico Anfitti, destaca que desde su experiencia como estudiante de la Facultad, el pasaje por este medio lo ayudó a entender los valores de la libertad de expresión, tanto desde lo personal como desde lo laboral y profesional. “Cuando entrás a la Universidad tenés la idea equivocada de que la libertad de expresión es básicamente decir lo que querés y que no importe nada, y no es así. Es un concepto mucho más amplio” explica Anfitti. En ese sentido cuenta que si bien no ha sufrido presiones en el ámbito profesional, lo aprendido en el aula le fue útil sobre todo a la hora de aplicar criterios éticos y de responsabilidad periodística: “Para mi ese es el diferencial que tiene la FIC”.