El equipo docente de Conservación Preventiva  y Gestión de Riesgos en el Patrimonio de la FIC realizó una actualización de las medidas de protección personal sobre COVID-19 para la recepción de libros en bibliotecas públicas, populares, móviles/circulantes.

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Las personas que trabajan en unidades de información conviven a diario con condiciones de riesgo para su salud, dadas por el propio soporte, que suelen agravarse por circunstancias ambientales inadecuadas y por desconocimiento de la protección personal a ser utilizada en la tarea. Se vuelve especialmente necesario prestar más atención a los cuidados en la presente situación de pandemia por la que atravesamos.

En tiempos de coronavirus (COVID-19) este equipo de investigación de la FIC mantiene asiduo contacto virtual con colegas especialistas y científicos expertos, nacionales y extranjeros, en el área de la conservación, para mantener actualizadas las recomendaciones que se deben seguir ante el volumen de información que puede llegar a las redes del colectivo.

Nuevos estudios científicos avalados establecen que en virtud de que el virus se encuentra en la comunidad y ante un posible retorno a nuestras actividades profesionales, hay que repasar qué debemos hacer, qué no podemos y cómo hay que hacerlo.

El COVID-19 se transmite por vía aérea y se deposita sobre las superficies, por eso  se recomienda que nos mantengamos al menos a dos metros de distancia. En nuestro país hay muchos casos asintomáticos, sobre todo entre los jóvenes. El uso de tapabocas es una recomendación del Ministerio de Salud Pública para el cuidado social como una acción de “socio-cuidado” que procura reducir la capacidad de contagio de quien lo usa, más que su propia protección. Evitemos tocar superficies que puedan estar contaminadas y llevar la mano a nuestra cara. Una vez que tenemos el virus en nuestras manos y nos tocamos la cara lo transferimos a nuestra boca, ojos o nariz, siendo capaces de contraer el virus (se ha comprobado que tocamos nuestra cara un promedio de 20 veces por hora).

Deben usarse guantes para recepción de devoluciones de libros y tapabocas cuando hay contacto cercano con otras personas.

Tras un proceso de revisión de sus investigaciones, una publicación de marzo de 2020 del “Journal of Hospital Infection” indica que el COVID-19 persiste sobre el papel entre cuatro y cinco días (en enero la publicación indicaba entre 24 y 48 horas), en plástico y polipropileno entre seis y nueve días, y en madera cuatro días.

La permanencia del virus en las distintas superficies también depende de las condiciones ambientales de temperatura, humedad e iluminación. En países con una humedad relativa mayor al 60% suele ser más persistente.

Por lo tanto, no se recomienda colocar los libros en bolsas tipo “ziploc”, de PVC o fundas de polipropileno ya que el virus puede vivir allí por nueve días y al retirar el libro aún pueden quedar superficies contaminadas.

También hay que desinfectar las superficies donde se apoyan los libros mediante pulverización con alcohol al 70%, sin trapear y dejando secar. Debe usarse en un litro de solución 70% de alcohol etílico y 30% de agua preferiblemente de filtro o embotellada sin gas, para evitar el cloro que en algunas zonas puede ser dañino.

Se debe prestar especial atención al circuito de los libros en la recepción. Tenemos que asumir que todo lo que ha salido de nuestras bibliotecas a su regreso está contaminado, por lo que es indispensable contar con un espacio físico único para la recepción.

Estas medidas de protección sobre el uso del material bibliográfico también pueden aplicarse a los libros personales y familiares que han circulado.

  • Hay que establecer un espacio físico solo para la recepción de libros. Si no dispone de uno o su biblioteca es móvil/circulante, puede utilizar una caja de polipropileno desinfectada con alcohol etílico al 70%, donde el usuario colocará el libro. Al final del día cerrar la caja, rotular con la fecha correspondiente al día de recepción y trasladar a un espacio de cuarentena en el que permanecerá por nueve días. Al finalizar la cuarentena, retirar los libros y volverlos al estante. Colóquese guantes descartables y desinfecte la caja con alcohol al 70% mediante pulverización. Deje secar la caja antes de su reutilización. Si bien el uso del alcohol en gel reduce el impacto de contagio de coronavirus, su utilidad en el momento de la recepción del material bibliográfico o documental no es eficaz.
  • De no contar con espacio específico, realizar la recepción de libros con guantes descartables puestos. Ante cada recepción, el uso de guantes descartables es indicado para no tocar con nuestras manos el material que es devuelto. Esta medida facilita continuar con el proceso de recepción y desalienta a llevar nuestra manos a la cara (boca, nariz, ojos, oídos).
  • Si el libro está forrado con PVC retirar el forro y desecharlo.
  • Si el libro no puede aislarse por nueve días, desinfectar el material con alcohol al 70%. La aplicación se hará con dos o tres disparos de difusor/nebulizador (gatillo) en ambos lados del libro y los cantos, teniendo mucha atención a que el difusor sea de bruma (suspensión de partículas diminutas) y no de llovizna o gotas.
  • Colocar los libros en un carro y en una zona alejada del resto de la colección. Permanecerán allí por 48 o 72 horas antes de regresar al estante o volver a préstamo.
  • Descartar los guantes y limpiar las manos con alcohol en gel o preferentemente lavar con jabón por 40 segundos. Para aprender a retirar los guantes desechables sin riesgos: clic aquí).
  • Regresar el material a su estante de guarda a las 48 o 72 horas después de la desinfección.

Si está en duda, no realice ninguna intervención sobre el material. Puede consultar al equipo de la FIC a través de su correo electrónico: clic aquí.

 

 

Esta nota fue realizada con los aportes de Conserv. Rosanna Kuon (Bolivia), Mag. Sara Del Mar (Colombia), Dr. Yerko Quitral (Chile), Lic. Thelma Porres (Guatemala) y Rest. Alicia Barreto (Uruguay).

Bibliografía consultada

Nota realizada por el grupo CSIC 882227 Conservación Preventiva y Gestión de Riesgos en el Patrimonio con la referente académica María Laura Rosas.